Antiguamente, el único astro que iluminaba el mundo, era la Luna. Los ancianos, los sabios y los chamanes le pidieron a ella que enviara a su único hijo a la Tierra. En un primer momento, la Luna se negó, pero luego accedió: un niño cojo y tuerto llegó al mundo. Inmediatamente fue vestido con ropas guerreras y ceremoniales (arco en mano y cara pintada) para ser echado al fuego y entregado en sacrificio. Para sorpresa de toda la tribu ¡el niño resucitó!, corrió debajo de la Tierra y cinco días después de su muerte, apareció el Sol. Ésta es una de las leyendas ancestrales más importantes de la cultura Huichol, la de la creación de la luz.
La tribu que habita la Sierra Madre Occidental es una de las pocas que ha sobrevivido a la dominación española. Ante el avance de las tropas extranjeras los hombres y mujeres, entonces dueños de las montañas de Jalisco, corrieron entre ellas y, aprovechando su conocimiento sobre la naturaleza, encontraron refugio en cada rincón, manantial y cueva.
En la actualidad, no hay en México otro grupo indígena que conserve tan sólidamente sus tradiciones, sus creencias y su antiguo modo de vida. Esta cultura ha sabido resistir al paso del tiempo y, hoy por hoy, es una de las manifestaciones del pasado prehispánico más vivas del mundo.
Con tanta tradición e historia, en tu viaje por Vallarta no puedes dejar de visitar el Museo de Arte Huichol, un auténtico repertorio de esta cultura milenaria. Las manifestaciones artísticas de esta fascinante tribu se relacionan directamente con el más allá, con el inframundo, con lo divino. Los chamanes de las tribus podían acceder, a través del sueño, a ese universo paralelo inaccesible para todos los demás. Cuando lo hacían, libraban épicas batallas en el plano sobrenatural, con el objetivo de resolver asuntos mundanos o divinos. Todas estas costumbres se manifiestan en cada artesanía, a saber:
- Flechas para rezar o urus, diseñadas para ser lanzadas al cielo y realizar un pedido.
- Bolsas tejidas para proteger espiritualmente a quien la porta.
- Kukas, máscaras que utilizaban en las ceremonias decoradas con huesos, cuentas de colores, conchas, corales y semillas. ¡Las que están bordadas con cuentas de colores son las más llamativas!
- Nearikas, o tablas de madera con coloridas decoraciones (soles, lunas, océanos, ardillas, etc.); estas fueron el antecedente de los actuales cuadros de estambre.
Este recinto cultural, que alberga un patrimonio histórico invaluable, abre sus puertas de lunes a sábados de 9 a 13,30 y de 15 a 18 horas. En él no solo podrás encontrar todas estas artesanías, sino que además, tendrás la posibilidad de comprender su origen y significado. Si deseas llevarte algún objeto de recuerdo, también podrás hacerlo, pues muchos de ellos están a la venta.
Disfruta de encontrarte, cara a cara, con una de las culturas prehispánicas más resistentes de la historia de México. Comparte sus rituales, conoce sus hogares y llévate de recuerdo algún objeto de su arte sagrado. ¡Viaja en el tiempo, vuelve a lo ancestral, visita Puerto Vallarta!