Tus próximas vacaciones en Chetumal te esperan con uno de los tesoros mejor guardados de todo México. Oxtankah, cuyo nombre en lengua maya simboliza la leyenda «entre ramones» es uno de esos sitios en los que el tiempo pareciera detenerse, en los que el mundo para de girar para ofrecer por unos instantes un cuadro mágico de colores difíciles de describir. Lo cierto es que en Oxtankah la historia del continente, la cultura de sus pueblos más ancestrales, la impronta europea y la arquitectura se conjugan en un mismo punto de ensueño, rincón de inmenso valor e inigualable elegancia.
Los historiadores creen que aquí, en este conjunto de ruinas arqueológicas, nació el primer clan de mexicanos mestizos, producto de la hibridación entre los hijos de Zazil Ha, una habitante de la alta aristocracia maya, y Gonzalo Guerrero, implacable conquistador español. Muchos son los vestigios que permiten aseverar esta hipótesis, ya que en Oxtankah la impronta europea de la cristianización americana y aquella proveniente de las culturas precolombinas, puede apreciarse conjugada.
Antiguos pobladores de Chetumal y sus alrededores, pertenecientes a distintas tribus de origen maya, edificaron en Oxtankah las construcciones más importantes de la ancestral ciudadela, incluyendo distintos templos, palacios fastuosos, plazas inmensas y patios hundidos. La mayoría de los edificios se encuentran en un estado de conservación asombroso y su elegancia e imponencia permite suponer que aquí se desarrolló una esplendorosa ciudad precolombina. Dado que Oxtankah se encuentra emplazado a muy pocos pasos de la bahía, los habitantes de la ciudadela nunca tuvieron problemas con el abastecimiento del agua y para ello construyeron pozos y chultunes que captan el agua natural de las lluvias.
Lo cierto es que Oxtankah fue sin dudas una prolífica ciudad maya hasta la llegada de los españoles al continente americano, y probablemente hubiera pasado el resto de su vida en el anonimato si los expedicionarios europeos no se hubieran sentido atrapados por la belleza de los paisajes naturales. Al llegar Gonzalo Guerrero a este paraíso de Chetumal comenzó a construir, en comunión con lo existente, sus propios templos. Así es como hoy puede apreciarse una impactante capilla cristiana, emplazada en el extremo norte del sitio.
Entre deidades mayas y capillas cristianas, Oxtankah narra la historia, en el fondo, de las complejas imbricaciones entre dos culturas que, aunque opuestas en muchos puntos y enfrentadas aún en luchas sangrientas, dieron como resultado lo que hoy conocemos como identidad mexicana.
Ubicado a 15 kilómetros de Chetumal hacia el norte, se trata de un sitio de visita obligada para quien vacacione por estas latitudes, una de las atracciones más increíbles de toda la región. Testigo de la historia más antigua, Oxtankah todavía contiene una especie de misticismo difícil de obviar, que enamora a sus visitantes a primera vista. Emplazado en medio de la selva, completamente rodeado por frondosa vegetación tropical, el sitio de edificaciones imponentes te llevará en un viaje a través del tiempo, deleitándote con su magia imborrable. ¡Déjate encantar por sus maravillas!